El pasado sábado 12 de octubre, acudí a un evento en la
capital riojana. El ayuntamiento de
Logroño, junto con la
Asociación de Hosteleros de la Calle Laurel y
Norma Disco Club se propusieron organizar por primera
vez, un festival al que decidieron llamar “
Carnaval en Rio-ja”. Consistía en
una fiesta temática llena de color, fantasía y mucho ritmo, que empezó a las
siete de la tarde y no terminó hasta las seis de la mañana del día siguiente.
Comenzó a la hora acordada en el
puente de Hierro de Logroño, cruzando el
río Ebro. Un gran desfile acompañado de tambores, trompetas, carrozas, pasacalles,
charangas y gogós, partió de esa zona y recorrió, al ritmo de samba y música
brasileña,
el casco antiguo, la
Calle Sagasta,
Bretón de los Herreros y
Portales, hasta llegar a la
calle Laurel. Además de la fiesta, que ya estaba
más que asegurada,
King África, más que conocido por su rotundo éxito caribeño
“Bomba”, fue la estrella invitada.
Además, pude seguir el evento
muy de cerca, ya que conseguí meterme en el equipo de organizadores. El desfile
era mágico. Los niños miraban a sus padres con cara de sorpresa, con la boca
abierta, atónitos al ver disfraces tan originales y coloridos, corrían a por
los caramelos que se lanzaban desde las carrozas y sonreían mientras señalaban
con el dedo al personaje que más les gustaba, nunca habían visto nada igual en
su ciudad. Los más atrevidos se dedicaban a dar torpes pasos de baile al
intentar moverse al ritmo de los tambores. La fiesta continuaba y el desfile se
detuvo en la calle Laurel. Todas aquellas personas que visitaran esta calle,
disfrazadas de brasileños, recibirían una especie de pasaporte con el que
podrían asistir a la
discoteca Norma de manera gratuita por la noche. Este
pasaporte tenía que ser sellado en cinco bares diferentes de la zona al
consumir en cada uno de ellos una copa de vino. Con los cinco sellos y con un
buen disfraz, el pasaporte serviría como una entrada gratuita a la sala de
fiestas, en la que, aparte de recibir una caipirinha gratuita, actuaría a
partir de las tres de la mañana King África, por lo que no fue de extrañar que
la mayoría de la gente llevara gorros, sombreros o chisteras verdes y
amarillas, desde los más pequeños, hasta los más exuberantes y voluminosos, y
además, el pasaporte en la mano.
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Presentación del logo del festival |
Tuve la oportunidad de hablar con el propio
artista minutos antes de su actuación y le pregunté acerca de su opinión sobre
la ciudad, la gente y el ambiente de esta, a lo que él me respondió que Logroño
le había parecido una ciudad muy acogedora, bonita y, curiosamente, fiestera.
En la rueda de prensa sobre el evento, que se celebró el mismo día del desfile
por la mañana, a la cual pude asistir, el portavoz de la
Asociación ZonaLaurel, Javier Pérez, destacó la vocación de aportar algo “distinto, alegre y
animado en estos tiempos, en los que buena falta hace”. Para otro de los
organizadores, Ricardo Arambarri, “la fiesta es un evento diferente, que en
esta época del año, en la que las bodegas tienen muchas visitas, aportará un
punto gracioso y divertido. Lo que queremos es que la gente se lo pase bien y
se ría”. Además, el propietario de la discoteca, Diego Elías, explicó: “aportar
algo diferente a la noche logroñesa, con fiestas temáticas como esta, es todo
un acierto”. La Calle Laurel se llenó de colorido y música durante todo el día y los pinchos tuvieron un papel fundamental a la hora de satisfacer los paladares de los que participamos del festival.
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